Carta de un residente a su adjunto (humor)
Hoy comparto con vosotros una carta, en clave de humor, de un supuesto residente a su adjunto pidiendo ayuda tras iniciar la residencia.
Estimado Dr. Goodhook,
Empecé mi primer año de residencia en Julio, y me he sentido perdido y hecho polvo desde entonces. No soy capaz de tomar decisiones con tanta confianza como creía, y me siento agotado constantemente. Eso es solo la punta del iceberg.
Ya que es usted un veterano de la medicina, me gustaría saber si tiene algunas recomendaciones básicas para los nuevos residentes. Cualquier consejo sería bien valorado.
¡Gracias de antemano!
Lost en Louisiana
Querido Lost,
Pedir consejo al viejo Goodhook es como abrir las compuertas de una presa después de una tormenta. Tengo muchas opiniones sobre lo que funciona y lo que no funciona para los nuevos residentes, pero ten en cuenta que mi sabiduría es transmitida por mi lengua sin filtro.
Habiendo pasado yo mismo por la residencia (en un momento y una época distintos, tenlo presente), salí de ella con unas cuantas perlas que siguen siendo aplicables. Dicho esto, he observado y aconsejado a muchos jovenes residentes a lo largo de los años, y he seguido aprendiendo de ellos hasta el día de hoy.
RECOMENDACIONES PARA RESIDENTES DE PRIMER AÑO
Curiosamente, eso me lleva a mi primera recomendación… Cárgate a tu Ego
Terminar la carrera de medicina es un logro inmenso, de eso no hay duda. La mayoría se gradua con el pecho henchido y un entusiasmo revivido.
Como tú ya has descubierto, ese orgullo se va apagando en el momento en el que te das cuenta de que no tienes las respuestas para todo. Se atenúa aún más cuando ves el camino que tienes por delante y atisbas tu larga bata blanca a miles de millas de distancia, despidiéndose de ti amenazadoramente con el brazo flojo.
En lugar de dejar que esta comprensión extinga tu ánimo, aprende a abrazar la medicina como una búsqueda de conocimientos que dura de por vida. Ni siquiera cuando se es un viejo médico gruñón como yo se tienen todas las respuestas.
Por encima de todo, aprende a aprender de todo el mundo. Aprende de las enfermeras. Aprende de los residentes más jóvenes que tú. Aprende de tus superiores. Aprende de tus vecinos.
Bájate de tu pedestal, joven residente. Quedarse sobre un pedestal demasiado tiempo provoca un extraño y risible arqueamiento de piernas.
Duérmete Rápido y a Menudo
Con el tiempo, un residente listo se vuelve hábil en muchas cosas como realizar suturas, tomar decisiones rápidas y averiguar a quien llamar en momentos de incertidumbre.
En mis más de cuarenta años de práctica médica, sin embargo, ninguna de estas habilidades me ha impresionado más que la capacidad de un residente listo para echarse siestas en cualquier parte. Es una habilidad que es muy recomendable que domines cuanto antes.
Aprende a identificar otras superficies para dormir además de las camas. El asiento de tu coche, siempre que el vehículo no esté en movimiento, puede servir como un excelente rincón para siestas. Una silla de la sala de espera, por angulosa que pueda parecer, puede ser ser sorprendentemente cómoda si te encorvas ligeramente. Nunca desprecies un suelo liso y alfombrado. Las almohadas son para novatos.
Ahora te puedes reír, pero te aseguro que no te estarás riendo de este consejo dentro de seis meses.
Acepta que los Errores son Inevitables
Esta es quizá la lección más dura para un residente (no, la lección más dura para todos nosotros). Queremos que la medicina sea exacta y perfecta, pero el hecho es que no lo es.
Tus primeros errores serán vergonzosos y te dejarán paralizado, si no te rompen el corazón. Asume que esto es parte del proceso y que todo el mundo comete errores. Hagas lo que hagas, no dejes que el miedo a los errores te tire para atrás y no le des vueltas a errores pasados. Sigue empujando hacia delante y nunca dejes que el miedo te inmovilice.
Por respeto a tu tiempo, joven residente, voy a dejar mis consejos ahí.
Este sería el momento perfecto para practicar varias posturas de siesta.
Dr. Goodhook
Traducido por @jbarrosoreja. ¡Gracias!
Escrito original de http://www.adventuresinmedicine.net/
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